lunes, 4 de julio de 2011

El Pecado de la conciencia o el evangelio según Jonás.por John Agustin





Simplemente dejaron la piedra en el suelo cuando Jesús les dijo: "el que de vosotros esté sin pecado arroje la primera  piedra" (Jn 8:7).Esos judíos que pretendían acabar con la mujer que fue sorprendida en el acto del adulterio no pensaban jamás en lo que haría el Maestro: mandarlos a la casa por hipócritas e inconsecuentes. Jesús había enseñado que todo el que miraba una mujer para codiciarla, ya había adulterado en su corazón (mt 5:28), en otras palabras, puso el adulterio del corazón al mismo nivel del adulterio físico. Es entonces que el mensaje de Jesús hacía que la gente lo quisiera abandonar, que ya no quisieran seguirlo porque ese maestro era demasiado exigente y extraño: no condenaba a los que esperaban o merecían, a los ojos de ellos, condenación: a Mateo, recaudador de impuestos, lo hizo su discípulo;  perdonó a una mujer sorprendida en el acto de adulterio, y con razón le decían que era amigo de pecadores y rameras, y él, lejos de incomodarse, confiesa que las rameras y los publicanos heredarían primero el reino de los cielos (Mt 21:31).

El Problema de esos judíos, era que habían aprendido el Evangelio según Jonás. Ese evangelio del cual el profeta se enoja porque Di-s no castiga a la ciudad. Jonás dice a Dios:"por eso me apresuré a huir a Tarsis, porque sabía que tú eres dios clemente y piadoso, tardo en enojarte, y de grande misericordia, y que te arrepientes del mal". Ese evangelio que espera "el juicio" para los pecadores (¿y nosotros acaso no lo somos?), ese evangelio que se olvida que Jesús vino " a buscar y salvar lo que se había perdido"; ese evangelio en que Jesús dijo con fuerza que "no he venido a condenar al mundo", si no a salvar al mundo. En otras palabras, los judíos tenían un evangelio de juicio. Por eso Pablo en Romanos acusa a los judíos y a los gentiles que todos son pecadores, que el haber recibido la ley no los hace santos por antonomasia. Claramente les dijo: "tú que dices que no hay que hurtar, ¿hurtas?; tú que dices que no hay que mentir: ¿mientes? tú que dices que no se debe violentar a las personas ¿las violentas?, y podemos seguir. Termina Pablo señalando con implacable fuerza:"¿qué pues? ¿somos nosotros mejores que ellos? En niguna manera, pues ya que hemos acusado a judíos y gentiles que todos están bajo pecado" (Rom 3:9). Pablo se encargó de dejar en claro que los gentiles y los judíos, todos por igual, son pecadores delante de Dios.


El evangelio según Jonás era fuerte en Israel, ahora con la secta de los fariseos se había propagado y la gente que ignoraba las escrituras era presa fácil de la opresión de ellos. Tenían el monopolio de la religión y se escandalizaban de ese Maestro de la tribu de Judá que acababa de decir a una mujer que fue sorprendida en adulterio: ¿dónde están los que te acusaban? ¿ninguno te condenó? Ni yo te condeno,  tus pecados te son predonados, vete y no peques más (Jn 8:10-11).  No era posible que Jesús amara a los pecadores y se relacionara con ellos. Eso iba en contra de su concepto de santidad,no contra la santidad de Jesús.

El evangelio según Jonás es un evangelio que busca el juicio y la destrucción de los pecadores, pero se olvida, ese Jonás, que también es pecador.  Jonás contiende con Dios por que no destruye a Nínive. Dios , con una calabacera le da una lección: Tuviste tú lástima de la calabacera, en la cual no trabajaste, ni tú la hicite crecer; que en espacio de una noche nació, y en espacio de otra noche pereció. ¿No tendre yo piedad de Nínive (...) donde hay más de ciento veinte mil personas que no saben discernir entre su mano derecha y su mano izquierda, y muchos animales?


Dios muestra a Jonás que si bien es cierto lo mandó a predicar juicio, no era destrucción lo que Él procuraba, ¡no! Dios quería el arrepentimiento de la ciudad. más que la destrucción. Dice el texto 2: 10: Y vio Dios lo que hicieron, que se arrepintieron de su mal camino; y se arrepintió del mal que había dicho que les haría, y no lo hizo.  eso hizo enfadar a Jonás. Esa misma actitud divina dejó estupefacto a Pedro, cuando sólo un par de días de haber negado Pedro a Jesús, este último le dice: Pedro ¿me amas?... no lo condenó, no le dijo eres un maldito traidor; no le dijo tú me abandonaste, me dejaste solo, me dejaste como todos!!!...¡no!!, le preguntó si a pesar de sus errores, a pesar de la traición y negación aun lo amaba. Si a pesar de que se le había acabado el crédito moral aun quería seguir adelante. Si ese Jesús tuviera el evangelio según Jonás, ya Pedro estaría muerto y no habría sido nunca el Apóstol que la gente la gente esperaba que a lo menos su sombra la tocase para ser sanada. 





Volviendo a Jesús, llama la atención el texto que dice que acusados por su conciencia, dejaron la piedra y se fueron. El problema de ellos es que su conciencia solo les servía para acusar a otros pero no para señalarles a si mismo su pecado. era necesario que su conciencia les acusara a ellos mismos de sus pecados, pero como eran tan "santos", tan rectos, tan buenos, su conciencia no les decía nada con respecto a sus propios pecados. Si Dios ha venido a nuestras vidas, no es para que señalemos el pecado de otros, sino el pecado propio, y eso pocos lo han aprendido. ¿Y qué de predicar la palabra, dura cómo es? Hay que predicar, hay que anunciar al mundo su pecado, hay que predicar el juicio que anuncian las escrituras. Pero hay que predicar como lo señala Ezequiel:"porque no quiero la muerte del que muere, convertíos y vivireis" (Ez 18:32). O como Amós: "Buscadme y viviréis" (Amós 5:4). El evangelio según Jonás  es más popular que el evangelio de Cristo, porque nos presenta ante nuestras propias conciencias como justos, y eso es mentira. Ninguno es Justo, todos pecamos, y condenar a Nínive, condenar a los que no son como nosotros, sino que en muchos casos son mejores que nosotros, es un error garrafal. Jesús dijo "la palabra que yo os he hablado los juzgará en el día postrero.

Los detractores del evangelio de Cristo seguramente me acusarán de ser condescendiente con el pecado, pero no es así. Pablo dijo claramente en Romanos 6:1: ¿perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde? En ninguna manera, responde el apóstol. no es un llamado a practicar el pecado, ni una amonestación a no denunciar la maldad de los hombres. Si quieren saber a que es este llamado. es un llamado de atención a revisar nuestras prácticas evangélicas que nos tienen  en un sillón de juez, olvidando que el único que está sentado en un trono alto y sublime es Dios. Olvidan muchos que Dios no quiere destruir al hombre, quiere que el hombre se vuelva de su mal camino. Si ellos, como Jonás, estuvieran en el lugar de Dios, destruirían Nínive. Destruirían a los que pecan y son sorprendidos en el pecado. Porque así como Jonás no trabajó ni creó la calabacera, tampoco ellos han creado y dado vida al mundo, Sólo Dios es creador, y él sabe que tan preciadas son las almas que creó, tanto las amó, que envió a su único hijo a tomar el lugar de los pecadores en una vergonzosa cruz.
Que prevalezca el evangelio de Jesús, y se olvide el de Jonás.

"¡Ay de vosotros escribas y fariseos  hipócritas! porque diezmais la menta y el comino, y dejáis lo más importante de la ley: la justicia y la misericordia y la fe. Esto es necesario hacer, sin dejar de hacer aquello". (mt 23:23, Jesucristo, Dios hecho hombre y único mediador por los pecadores).

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